Camino Mozárabe
Un poco de Historia…
Mozárabe es el nombre que recibían los cristianos que convivían en territorio musulmán, y proviene de la voz musta´arabib (arabizado). Existieron grandes comunidades mozárabes en el sur peninsular, las más importantes fueron las de Mérida, Sevilla, Granada y Córdoba. Como es lógico los peregrinos aprovecharon las principales vías de comunicación de la época, hablamos de la calzada que desde Córdoba se dirigía a Medellín, Mérida, Cáceres, Alcántara y posteriormente Coimbra y Oporto. Nuestro peregrino la empleaba sólo hasta Magacela, para continuar por las Vegas del Guadiana entre Villanueva de la Serena y Logrosán y enlazar seguidamente con el actual Camino Natural de las Villuercas hasta nuestro destino en Guadalupe.
Como hemos comentado anteriormente, en nuestra primera etapa del camino se utilizará la antigua calzada romana que unía la zona bética con la lusitana, coincidiendo con el peregrino santiaguista que aprovechaba esta arteria milenaria para dirigirse a Mérida y tomar la Vía de la Plata. Los romanos pavimentaron la calzada y la dotaron de puentes, miliarios (grandes bloques graníticos que indicaban las millas) y mansios (lugares para el descanso de los viajeros, origen de algunas poblaciones actuales). Árabes y cristianos la utilizaron masivamente durante las luchas por las tierras de la meseta, siendo también influyente el uso como ruta de peregrinación a Santiago y a Guadalupe, bajo la denominación de Camino Mozárabe. La bula de Benedicto XII en el siglo XIV así lo ratifica, fue fruto de las preocupaciones del rey Alfonso XI, que deseaba situar en Guadalupe el gran santuario mariano de Castilla para contrarrestar la excesiva preponderancia de Santiago de Compostela como lugar de constantes peregrinaciones, controlar las fronteras del oeste, atraer gentes hacia esta zona y fomentar el tráfico de animales, por las cañadas reales hasta tierras de Extremadura y de Andalucía.
El fecundo contacto cultural entre cristianos y musulmanes, entre mozárabes y mudéjares, produjo a lo largo de la Baja Edad Media magníficos encuentros arquitectónicos y artísticos. Y el mayor ejemplo de lo que estamos exponiendo lo encontramos en Guadalupe, con su monasterio de claro estilo mudéjar, fruto de la convivencia en un principio pacífica de judíos, mudéjares y cristianos. Otros ejemplos los encontraremos en Magacela, Logrosán y Cañamero, con importantes fortificaciones tras los asentamientos árabes y su posterior reconversión y adaptación en castillos cristianizados. A partir del siglo XIV, con el descubrimiento de la Virgen de Guadalupe, la vía romana, que unía el suroeste peninsular con el noroeste comienza a ser recorrida también por peregrinos mozárabes, que obtenían desde Córdoba el salvoconducto que les permitía atravesar la frontera entre Al-Andalus y los reinos cristianos.
Oficina de Turismo Guadalupe
Plaza Santa María de Guadalupe, 10140 · Guadalupe
Tel: 927 154 128
oficinadeturismo@ayuntamientodeguadalupe.es